viernes, mayo 12, 2006

Aprendiendo a ser mamá

Mi abuelo escribió un poema un día donde mostraba su alegría por tener nietos, el titulo de la poesía es Mis Cuatro Razones.. Yo no heredé la gracia ni el estilo de mi abuelo para escribir pero también tengo mis razones para ser feliz y en mi caso son tres.
Tengo tres lindos hijos.

Mi niña mayor, la de todos los colores, me enseñó a ser mamá. Aprendí con ella a cambiar pañales, a dormir solo dos horas y a morir de angustia por que no comía. Aprendí también que ella era una persona diferente de mí. Desde chiquitita fue tranquila, sensata y decidida. Habla poco pero lo que dice es siempre importante. Ella es una artista, tiene el don, el placer y el trabajo de transformar lo que toca en algo bello. Mi niña, que ya es mujer, tiene algo para enseñarme todos los días por que con su espirito inquieto siempre aprende algo nuevo. Como dice Pablo, mi niña no es perfecta, pero se acerca a lo que yo simplemente soñé.

Mi niño, el que más habla y todo lo sabe, fue un regalo. Con él aprendí que se puede amar un hijo como si fuera tuyo. Aprendí también que uno tiene que esperar un poco para que los niños den todo lo que tienen dentro de si. Que no hay que preocuparse tanto con las notas del colegio o por que en algún momento no saben muy bien que quieren de la vida. Mi niño-hombre hoy es un científico y con el aprendo sobre seres vivos, galaxias, naturaleza, football y sobre todo lo que un ser humano inteligente sabe conversar. Me gusta observarlo, por que es lindo y por que veo en él a su papá.

Mi chiquitita, ay mi chiquitita, fue como recibir una muñeca en navidad, otro regalo. No había como no quererla. Ella, diferente de los otros dos comía de todo, le gustaba todo. La vida era siempre buena y divertida. Fue amor a primera vista. Aprendí con ella que cada uno es cada cual y que la noción de tiempo ni siempre es la misma para todos. Mi chiquitita es una ejecutiva y sabe de cosas que yo ni me imaginaba que ella sabría un día. Valiente, un día dijo: me arriesgo y me las juego por lo que quiero y como en la música de Serrat puso sus cosas en un hatillo y salio cantando, por suerte sin oír mis quejas.

Asi, como decía mi abuelo:

Ahora comprenden
por qué yo sonrío,
ebrio de alegría,
todo apretujado
dentro de la micro!
Mientras que a mi lado
tenga yo por norte
mis cuatro razones
de mis cuatro chicos ….




Yo tengo mis tres razones



Para mi abuelo con el que aprendí que con poesia la vida es más bonita.

Y especialmente para mi mamá, con la que todavía aprendo a ser hija y así continuo aprendiendo a ser mamá.

6 comentarios:

ADCL dijo...

Sabes... me conmovio. Es que a veces olvido que no todas las relaciones madre-hijo(a) son como la mía... y en el fondo por más que diga que ya no me afecta, me da un apretujon en el corazón cuando veo lo diferente que pudo haber sido...

Gracias por compartir esto, y ahora entiendo lo que decias de la canción de Pablo :-) me da risa la casualidad... cuidate mucho a ti y a tus hijos, hasta me entraron ganas de tener unos :-P

Anónimo dijo...

que lindo :_)
te quiero

Anónimo dijo...

que lindo :_)
te quiero

Anónimo dijo...

nem preciso dizer que já estou chorando...lindo!

Anónimo dijo...

já estou chorando....lindo

Catalina dijo...

muito obrigada :)