Estoy tan contenta me dice M. cuando llega hoy después de sus vacaciones ¡conocí al hombre de mi vida!-Es amoroso, inteligente, gentil y cariñoso.
La sonrisa en sus labios, el brillo en sus ojos, su expresión corporal por entero me muestra lo feliz que está. Incluso la veo más bonita.
-Sólo tenemos un problema. Es casado.
Su sonrisa ya no es tan grande. Conversamos un poco sobre su único problema.
-No me importo, me dice por fin, lo quiero y sé que el me quiere. Quiero vivir este amor y estoy feliz en este momento, eso es lo que cuenta.
Por pura ironía del destino algunos minutos después llega F. antigua conocida, de amores largos. Hace 4 años, también feliz, me relataba algo similar.
Hoy llorando me dice: No puedo seguir esperando, no puedo seguir sufriendo sola, no quiero pasar otra vez la Navidad y el Año Nuevo sin él. Mi tiempo ya se acabó. No creo más en sus promesas, no quiero seguir siendo la otra.
Pienso en M y en todas las M y F que he conocido felices al inicio de su romance, pero tan tristes y solas al final.
1 comentario:
me siento un poco patética...
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